Mi filosofía
Creo que VIAJAR es la mejor manera de disfrutar de mi vida, ya sea en mi profesión o compartiendo con mi familia y amigos. Cuando estás de viaje: compartes, abres la mente, aprendes, respetas, te vuelves más sensible, reflexivo y acabas por encontrarte a ti mismo. Cuando viajas te pones a prueba, descubres cosas nuevas que te hacen vibrar, ves que otras formas de existir son posibles, y, en consecuencia: CRECES. Por eso yo quiero viajar cada día de mi vida.
“Hubo un día en el que decidí que mi vida iba a ser UN GRAN VIAJE”.
Sí, porque para viajar no hace falta coger un avión, yo estoy continuamente de viaje, porque creo que ser viajer@ es una actitud, una forma de ser.

Antes de VIATICA, fui pasando por muchos trabajos en turismo, y al final acabé trabajando en el extranjero y estudiando idiomas. Mi sueño era convertirme en un guía de safaris, pero eso nunca llegó. Al final, después de varias agencias de viaje, me di cuenta de que el sector turístico no estaba montado para viajeros como yo. Estaba alimentando un sector que cada día se volvía más para las grandes masas, lo invadía todo, y bajaba los precios más y más, a cambio de aprovecharse del trabajo de la gente en países mucho más pobres que el nuestro.
Empecé a sentirme mal, y me convencí a mí mismo de que: OTRA FORMA DE VIAJAR ERA POSIBLE. Porque en la cabeza de un viajero no pueden existir esos valores, si no todo lo contrario: respeto, autenticidad, cultura o bienestar, son algunos de los valores fundamentales para mí en el turismo.
“Viajar es algo intangible, es una forma de vida en la que todo tiene mejor sabor, todo es sorprendente y colorido, pero también hay imprevistos y planes que no salen bien. Porque la vida es así, y los viajeros estamos vivos, y pasan cosas. Forma parte de la maravilla que es viajar”.
Así que un día decidí fundar: Viajes VIATICA. Puedes llamarla “agencia”, aunque yo nunca la llamé así. Porque VIATICA es una iniciativa viajera, creada para difundir la cultura del viaje y los beneficios que viajar tiene en nuestra sociedad.

Quiero compartir mis experiencias y conocimientos contigo. Si estás empezando a viajar, quiero ayudarte a superar tus posibles miedos y comenzar un camino maravilloso. Si eres un viajero experimentado, quiero ayudarte a llegar todavía más lejos.
Juntos podremos VIVIR VIAJANDO.
Para mí, los ingredientes de un gran viaje son:
- Información: la información es poder.
- Libertad: para decidir y para accionar.
- Colaboración: buenos socios, fiables y de calidad.
- Compañía: viajando nunca debes sentirte solo.
- Tranquilidad: y buenos alimentos.
- Equilibrio: debe haber tiempo para todo, el que mucho abarca…
- Respeto: el mundo es grande y hay muchas cosas que no se pueden comprender, ni falta que hace.
- Sostenibilidad: las comunidades locales deben seguir viviendo a su manera y no debemos afectarlas. Todos debemos salir beneficiados en un gran viaje.
- Pasión: todo viaje debe ser memorable. No hay viaje pequeño.
- Diversión: viajar debe hacerte disfrutar.
- Seguridad: viaje precavido vale por dos.






Mi historia
Lo que más me gusta de ser emprendedor es que puedes ponerle a tu trabajo el nombre que quieras. ¡Es genial!
Cuando me licencié en Psicología, pensaba: ¿qué pondré en la entrada de mi consulta: ¿Terapeuta? ¿Doctor? Pero por alguna razón nunca me vi a mí detrás de aquella puerta. Yo soy un hombre de acción, me gusta moverme y siempre estoy buscando la novedad en mi vida. Así que aproveché aquellos años de carrera para trabajar y poder pagarme grandes viajes.
Trabajé de muchas cosas: taquillero, camarero, cortador de entradas, monitor de colonias, entrenador de fútbol… Ninguno de estos nombres los elegí yo, así que no me parecieron definitivos, pero gracias a ellos pude empezar a viajar.

¿Peregrino? El Camino de Santiago, quizá mi primer gran viaje, lo hice en bicicleta y me marcó mucho. Conocí mucha gente, tuve que aprender a vivir con muy poco, y en constante esfuerzo físico. Supuso un reto colosal, y me sentí muy lleno y feliz. Por eso cuando lo acabé, supe que quería más.
Y empecé a buscar: recorrí Europa varias veces, y por supuesto me fui de Erasmus a Coimbra, Portugal, de donde guardo algunos de los mejores recuerdos de mi vida, y donde quise creer que podría llamarme Psicoanalista algún día. Como colofón tuve la oportunidad de acabar mi carrera realizando las prácticas en México, en una investigación en plena selva de Yucatán, donde descubrí por primera vez lo que significa integrarte en una cultura diferente, vivir entre comunidades indígenas, y rodeados de una naturaleza salvaje. En Yucatán fui Etólogo por algunas semanas, y me fascinó. Pero fue mucho mejor mi experiencia con las comunidades, viviendo con ellos en sus poblados de chabolas o recorriendo la selva, durmiendo en hamacas colgados de los árboles.
Reflexioné de todo ello, recorriendo la Ruta Maya, por Centro América. Un viaje en el que certifiqué lo que ya sabía: Historiador, la carrera que nunca elegí. Madre mía como disfruté con los mayas, todavía me siento infinitamente atraído por su mundo ancestral.
Cuando acabé la carrera, mi indecisión me llevó a probar suerte aprendiendo inglés: Zapatero. Sí, ¡mi trabajo en Dublín! ¡Qué mejor forma de aprender inglés que vendiendo calzado deportivo en la emblemática Grafton street!

En otra ocasión, caminando por las calles de Barcelona, vi un cartel: “Se busca Acompañante de viaje”. ¡Increíble! ¡Yo podía ser el mejor acompañante posible! Y así fue como me inicié, sin querer, en el turismo: acompañando grupos de estudiantes por Europa. Me lo pasé en grande con ell@s, no he visto nunca tanta ilusión y alegría. ¡Es el trabajo en el que más me he reído! ¡Pasé por Eurodisney más de 10 veces!
Y entonces, lo tuve claro. Viajar: gente, cultura, historia y… ¡muuuucha psicología! Quizá éste podía ser un camino: ¿qué podía salir mal? Y no me equivocaba. Mis años como Guía Acompañante fueron extraordinarios. Pero los sacrificios de esa vida itinerante eran altos, y yo tenía ganas de plantar un campamento base.
Decidí buscar formación para trabajar en agencias de viaje. Alguien me llamó un día para ofrecerme un Máster: Dirección de Agencia de Viajes. ¡Yo DIRECTOR! No me pegaba nada, pero me pareció una buena oportunidad. Así que acepté y me trasladé a Madrid a estudiar.
En Madrid encontré el amor, y el amor me devolvió a casa, Barcelona, con un máster y un trabajo en una agencia de viajes bajo el brazo. Tres en uno en un sólo año.
Agente de Viajes: despachar viajes de catálogo, nunca fue lo mío, la verdad. A mí me gusta soñar, crear, ilusionar e inspirar…. Me aburría, y no creía en el proyecto de la empresa para la que trabajaba. Poco después quebraron por su mala gestión de la venta en masa, low cost y de baja calidad. Así que probé suerte en un operador de safaris: Assistant Product Manager. Mi primer nombre en inglés (¡qué grande!). Aprendí mucho, pero tuve mala suerte con el entorno laboral, y me dije a mí mismo que nunca volvería a sufrir por un trabajo.

Después de aquello, llegué a varias conclusiones:
- Quiero dejar mi huella en el turismo.
- Otra forma de organizar viajes es posible.
- Mi profesión debe hacerme disfrutar.
- Quiero seguir viajando toda mi vida.
- Quiero estar rodeado de viajer@s responsables.
- En inglés, el nombre de mi trabajo mola más.
Mi misión
Y monté mi propia agencia de viajes, y escogí por primera vez un nombre para mí, por supuesto en inglés: TRAVEL DESIGN MANAGER.
Quería diseñar viajes para la gente. Ilusionar a l@s viajer@s, empoderarlos para decidir cómo viajar y demostrar que hay otras formas de viajar más allá de los catálogos y los viajes de masas.
Viajes VIATICA ha sido sin discusión la mejor etapa de mi vida profesional. Siempre he apostado por un trato muy cercano con el viajer@, porque es la parte con la que más disfruto: explicando viajes y destinos como si fuera un cuento.
Tuve la suerte y el acierto de formar a un equipo de trabajo con personas maravillosas, con las que me siento muy unido y con las que hemos conseguido algo extraordinario: convertir nuestra profesión en nuestro hogar.
Por desgracia el COVID acabó con todo esto. Destruyó nuestro equipo y todo lo que habíamos creado. Pero yo sigo siendo yo, y no me rindo fácilmente. Como buen emprendedor entiendo los obstáculos como mensajes que me da la vida, que me ayudan a entender cómo debemos seguir adelante más fuertes y mejorados.
Cada día me levanto pensando que lo mejor está por llegar, así que no me rendiré y seguiré luchando por compartir cultura viajera, y conocer a muchos viajer@s con los que viajar o a quienes poder ayudar con sus proyectos. Por eso es el momento de ponerme un nuevo nombre.
PERSONAL TRAVEL PLANNER: nunca me había sentido tan representado. ¡Ahora sí! Porque engloba todo lo que soy: consultor de viajes, asesor de viajer@s, diseñador de rutas, organizador de viajes, acompañante de viajes. Esta nueva faceta me acerca mucho a ti, me permite compartir tu proyecto como si fuera mío, y siento las mismas ganas y la misma ilusión que tú por tu viaje.
Mi nuevo nombre me trae esperanza e ilusiones renovadas. Porque es el primer paso hacia un turismo nuevo, responsable y beneficioso para tod@s.
Mi experiencia como viajero, y mi experiencia profesional en turismo me han permitido ayudar a mucha gente durante esta crisis, y ahora estoy convencido de que con mi colaboración puedo ayudar a que tu proyecto de viaje sea inolvidable. Puedo ayudarte de muchas maneras, desde el mero asesoramiento hasta la máxima organización de tu viaje, como tú lo necesites, porque lo más importante es que tú y yo ¡QUEREMOS SEGUIR VIAJANDO!
